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El impacto de la cultura de las dietas en nuestra sociedad

Hace unos días, un cliente me contó acerca de su relación con su alimentación y aspecto físico, algo contra lo que luchó por muchos años. Él sentía una constante necesidad de bajar de peso (independientemente de cuántos kilos ya hubiese bajado) y de criticar su cuerpo señalando sus zonas “imperfectas”, lo cual obviamente le causaba un enorme conflicto.

Los trastornos de la alimentación son afecciones graves que se relacionan con las conductas alimentarias que afectan negativamente la salud, las emociones y la capacidad de desempeñarse en áreas importantes de la vida. Los trastornos de la alimentación más frecuentes son la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa, y el trastorno alimentario compulsivo.

Día de Acción de Gracias

El jueves pasado se celebró en Estados Unidos, así como en algunos otros países, el Día de Acción de Gracias. Esta celebración se basa en agradecer las cosechas del año en cuestión. A pesar de que esta no es una tradición que se celebre en México, nuestro país es fuertemente influido por su país vecino, así que actualmente ya existen muchos lugares donde se lleva a cabo esta festividad. Esto también se debe a la gran cantidad de norteamericanos que viven o visitan nuestro país durante estas fechas.

Síntomas del burnout

Ya tenemos más claro que “burnout” es el colapso mental que se da como consecuencia del estrés excesivo. Es generalmente causado por un exceso de trabajo en cualquiera de sus múltiples presentaciones y formas (ya seas empleado de una empresa, papá, mamá, trabajador independiente, etc.) y por no darle un descanso real a nuestra mente.

Hace unos días escuché este ejemplo y me pareció una forma simple de explicar este concepto: imagina que quieres invitar a un amigo a tomar un café a tu casa. Al pensar en ello, tu cuerpo genera estrés, el cual proviene de imaginar la cantidad de trabajo que la visita requiere: te aseguras de tener café, ir a comprar azúcar, aprovechas la oportunidad para comprar servilletas (que tampoco tienes), recuerdas que no encargaste aquella vajilla que estaba en oferta la semana pasada, la leche del café que te gusta no estaba disponible, etc. En pocas palabras, lo que podría haber sido una situación que te alegrara se transforma en una carga emocional que solo te agobia más, así que mejor decides cancelar porque tu mente ya no puede lidiar con eso ya que simplemente es demasiado.

Hablando de “burnout”

Durante los últimos meses que he estado estudiando y analizando más a detalle el tema del “burnout” han surgido algunos puntos que llamaron mi atención, como la “negación” a aceptar que este padecimiento es real y el entender que gran parte de la causa es la presión social a “ser y hacer” para entonces valer. Parte de las cosas que creemos que nos definen como personas y como seres humanos es el puesto que tenemos y lo que hacemos; es importante decir que tenemos un puesto en tal empresa, propiedades y cosas materiales y es fácil olvidarnos de la otra parte que nos define.

No quiero que con esto se entienda que tu parte profesional, las cosas que disfrutas hacer, tu trabajo, tus logros dentro del mismo, tu nivel de aspiraciones y tus metas sean cosas que debas dejar de lado e ignorar. Ahora si que te irías por el extremo opuesto de lo que estás haciendo ahora al no poner tu bienestar como prioridad, pero ya hemos hablado de que somos seres integrales y no solo un cuerpo físico. Tenemos emociones, sentimientos, ideas y el balance de todas estas áreas que nos conforman es lo que nos ayuda a estar bien.

El efecto “burnout”

Últimamente, la palabra “burnout” se encuentra con frecuencia en todo lo relacionado con nuestro bienestar. ¿A qué se refiere este concepto? Comencemos por definirlo: la palabra esta en inglés y se refiere al agotamiento extremo, el cual sucede cuando nuestra mente o cuerpo está al límite, es decir, cuando está a punto de rendirse porque ya no puede más. Este tipo de agotamiento extremo puede tener un impacto en lo físico, emocional, mental y/o espiritual.

Cosas como la pérdida de memoria, la dificultad para concentrarse, la mente nublada y la pérdida de interés en las alegrías cotidianas son en su mayoría focos rojos de la salud mental, como parte de las señales de este agotamiento extremo. También podría verse como esa falta de comprensión o conexión con lo que uno está haciendo todos los días: el no ver el sentido de las cosas o no sentirse parte de una misión más grande en la vida.