Ayuno intermitente - preguntas frecuentes

Hace unos días, en una reunión, surgió el tema del Ayuno Intermitente y sus beneficios. Este es un tema que hemos tocado en varias ocasiones, y una práctica que recomiendo en gran medida. Por eso mismo, considero que vale la pena reforzar algunos puntos que tal vez no quedaron claros anteriormente.

Antes de seguir, me gustaría invitarte a que leas los artículos que tenemos en este blog sobre dicho tema porque seguramente te servirán de guía. Recuerda que también puedes agendar una cita para aclarar tus dudas y, sobre todo, entender tus requerimientos personales, qué es lo que funciona para ti y cuál es tu situación de salud actual.

¿Cuál es la dieta más efectiva y la que más recomiendo?

¿Cuál es la dieta más efectiva y la que más recomiendo?

La respuesta más corta: ninguna. No me gustan las dietas de la forma en la que han sido comercializadas. Muchas de ellas tienen como único propósito causar una pérdida de peso por medio de la restricción de alimentos —prohibidos, durante el tiempo que te “sometes” a la dieta de tu elección. En el mejor de los casos, y si tu organismo reacciona bien, quizás logres tu objetivo de reducir unos cuantos kilos, pero el verdadero reto viene a la hora de terminarla.

Ojalá se nos enseñara a comer alimentos reales, entender cómo funciona nuestro organismo, ver a los alimentos como la forma en la que nuestro cuerpo va a poder desempeñarse de manera óptima, y no etiquetar esos alimentos que son nutritivos y adecuados para nuestra salud como “un castigo”.

Rómpase en caso de emergencia

Hace unos días, durante un vuelo, escuché a la sobrecargo explicarle a los pasajeros que estaban sentados en las salidas de emergencia todas las funciones que deberían realizar en caso de ser necesario.

Pensé en mi red de soporte; en esas personas que forman parte de mi vida y que siempre están ahí para mí. Ellos son a quienes sé que puedo acudir cuando el vuelo se torna turbulento, o cuando hay momentos de dudas, miedos, o sentimientos de vulnerabilidad. Son también un espacio seguro donde puedo compartir lo que sea y ser genuinamente yo misma, sin sentirme amenazada, juzgada o con miedo a ser rechazada.

Me considero afortunada porque, muchos de ellos, son como un paracaídas que amortigua la caída. Son verdaderos salvavidas, en toda la extensión de la palabra. También pensé en lo importante que es que ellos sepan que lo son y que, de cierta forma, estén de acuerdo en serlo. Llegué a la importante conclusión de que su existencia es primordial en la mía.

La dieta mediterránea

Hace unos días me preguntaron qué opino de la dieta mediterránea, así que te platicaré al respecto.

La dieta mediterránea es considerada por algunos una de las formas más saludables de comer en el mundo. Más allá de un enfoque dietético, se trata de un estilo de vida que pertenece a las antiguas costumbres y los patrones dietéticos que han existido en la región mediterránea durante miles de años.

Parte de las regiones conocidas como “zonas azules”, que son comunidades localizadas en diferentes partes del mundo (Cerdeña, Italia, Okinawa, Japón, Nicoya, Costa Rica), han coincidido en varios factores de su alimentación y estilo de vida; esto ha dado como resultado comunidades con las personas más longevas del mundo, quienes han mantenido un estado de salud y bienestar óptimo y han alcanzado una edad mayor a los 100 años.

Mi lista negra de productos a evitar

En varias ocasiones hemos tocado el tema de lo confuso que puede ser que algunos productos se anuncien como saludables cuando, en realidad, son todo lo contrario. La idea no es satanizar el consumo de ningún producto, pero sí considero importante compartir contigo aquellos que forman parte de mi lista negra.

A estas alturas, considero que los refrescos (en cualquiera de sus versiones, incluyendo light, zero, etc.), así como los productos ultraprocesados (como los gansitos, los pingüinos, las mantecadas, doritos, cheetos, etc.), no necesitan ser mencionados porque ya ha quedado muy claro anteriormente que ninguna de sus versiones son productos adecuados. Estos productos no son alimentos, sino todo lo contrario; la mayoría son mezclas de azúcar, grasas, sal y químicos que solamente aumentan tu adicción por el azúcar y que finalmente causan daños mayores dentro del organismo.

No hay emociones equivocadas

Al final del artículo de la semana pasada escribí que no hay sentimientos equivocados. Esta línea resonó en muchos de ustedes, e incluso algunos enviaron comentarios al respecto, así que, antes de seguir, quiero darles las gracias por leerme y compartir conmigo sus inquietudes. Me siento cada día más agradecida con la comunidad de bienestar que hemos formado.

Ahora, ¿a qué me refería con esas palabras?