Todos tenemos una relación diferente con el tiempo. Algunas personas sienten que tienen mucho tiempo, mientras que otras sienten que nunca tienen suficiente. Asimismo, los sentimientos hacia el concepto de tiempo pueden cambiar dependiendo de lo que esté pasando en nuestras vidas.
Nuestra relación con el tiempo puede afectar la estrategia que usamos para “organizar” el tiempo, o bien, puede provocar que carezcamos de ella. Veámoslo así: cuando sentimos que no tenemos suficiente tiempo, generalmente intentamos manejar la situación estableciendo horarios (todo vive en nuestra agenda); en cambio, cuando sentimos que tenemos demasiado tiempo libre, esto puede ocasionar que no nos sintamos seguros de cómo llenar la agenda, e incluso llegamos a sentir una especie de presión por llenarla.