Restricciones y regulaciones de las etiquetas

Cuando tienes un alimento empacado en tus manos, hay diferentes cosas a tomar en cuenta para entender bien qué es lo que contiene. En México, las autoridades competentes han puesto en marcha medidas para dar a conocer los ingredientes de un producto por medio de tablas nutrimentales, sellos de advertencia y leyendas precautorias, con ciertas restricciones y regulaciones.

Los elementos que analizaremos hoy actúan como un complemento del etiquetado que ya conoces, y tienen un gran impacto en nuestra salud. Te explicaré de qué se tratan:

El etiquetado de productos en México

Continuando con el tema de leer la información nutricional contenida en los productos que adquirimos, cabe destacar que, a partir del mes de octubre del 2020, México aprobó poner un etiquetado frontal de advertencia de alimentos y bebidas, el cual complementa la información ya incluida en la tabla nutrimental.

Quizá no has prestado mucha atención a esto, pero seguramente has visto esos hexágonos negros en el empaque. Esta medida ha sido implementada por el gobierno para facilitar la forma en la que leemos lo que contienen los productos y, en consecuencia, tomar mejores decisiones sobre nuestra salud.

El contenido de la tabla nutricional

Después de haber aprendido acerca de la relevancia que tiene el leer muy bien el contenido de la tabla nutricional en el artículo de la semana pasada, me gustaría que ahora mismo busques un alimento empacado que tengas en casa y que prestes atención a la tabla que le acompaña.

Dicha tabla está compuesta por diferentes partes, las cuales a veces pueden resultar difíciles de interpretar. Por eso, aquí te guiaré para analizarlas juntos. ¿Estás listo con tu producto en mano? ¡Empecemos!

¿Por qué es tan relevante analizar la tabla nutricional?

Como ya bien sabes, una de las prácticas más poderosas a la hora de tomar el control de nuestra alimentación es leer y entender de forma integral la información descrita en las etiquetas de los productos que consumimos.

Siendo honesta, la tabla nutricional no siempre es fácil de entender. Lamentablemente, muchas empresas alimenticias hacen que las etiquetas sean un tanto confusas para que nosotros, los consumidores, pensemos que lo que estamos adquiriendo es lo adecuado.

La información que debemos encontrar en la mayoría de los alimentos empacados en nuestro país, tanto en la tabla de valores nutricionales como en el listado completo de los ingredientes, está regulado por la norma oficial mexicana NOM-051-SCFI/SSA1-2010 (“especificaciones generales de etiquetado para alimentos y bebidas no alcohólicas preenvasados - información comercial y sanitaria”), con la que se insta a los fabricantes a que sus productos sean de buena calidad.

Toma el control de tu alimentación

Uno de los pilares para llevar un estilo de vida saludable es la alimentación, lo cual reitera que elegir aquello con lo que nutrimos nuestro cuerpo es de suma importancia. Hoy vamos a ver por qué.

Lo que consumimos tiene un impacto en todas nuestras acciones, desde la energía que tenemos y la manera en que funciona nuestro cerebro, hasta la forma en la que se regeneran nuestras células. Los alimentos influyen en la información que pasará a las células nuevas que producimos todos los días, y en cómo y con qué se podrán llevar a cabo los procesos de limpieza y desintoxicación de nuestros órganos.

De similar manera, lo que decidimos darle a nuestro cuerpo afecta nuestro estado de ánimo, la calidad de nuestros pensamientos, nuestra capacidad de enfocarnos, la movilidad, la fuerza y más.

Si tomamos en cuenta que muchas personas mantienen una alimentación deficiente de manera sostenida durante largos periodos de su vida, podemos concluir con certeza que esta gran negligencia terminará por convertirse en problemas de salud y deficiencias aún más complejas.

Volviendo a mi centro

No sé si a ti te pase esto, pero hay días en los que siento que necesito hacer un reajuste, analizando dónde estoy y cómo me siento, para volver a mi centro. El ritmo del día a día, la carga de trabajo y llevar una agenda saturada, mientras trato de balancear todas las cosas que son importantes para mi bienestar (como el ejercicio, el trabajo, los proyectos, la casa y la vida social), puede resultar agobiante.

Y es que a veces, por más que me organice, la vida sucede y mantener el orden es insostenible. Comienzo a sentirme “fuera de mi elemento” y regreso a rutinas o hábitos que ya tenía descartados (esas cosas que el caos, por inercia, puede detonar fácilmente en mí).